La juventud, ansiosa de obligaciones,
ofrece espontánea a la carga sus hombros.
No resiste. Llora de melancolía.
Vagabundaje, evasión, poesía,
¡caros prodigios cuando es tarde! Tarde,
se afina el aire y los pasos se vuelven
livianos.
Hoy es mejor que ayer
aunque aún no se ala felicidad.
Asumiremos un día la bondad
de su rostro, veremos a alguien disolver
como un humo su dolor inútil.
Umberto Saba - Felicidad
12 de enero de 2012
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Literatus
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