Estoy enferma… y
no existo
Vacío profundo
del sepulturero en cada entierro,
Vienen corriendo las
imágenes empañadas de lluvia
Y los ojos
holgados…
Y los retazos de madera
No es el deseo de
Dios…
Cuando el sueño
no acude a la cama hinchada de recuerdos
Una por una de
mis venas acuden al filo de la guillotina
Ella se mete en
mi con su deseo de muerte
Y me vela en las
orillas, paseando a solas,
Pone encuentros
de aguas y cuerdas
Escaleras,
precipicios inmensos y vacíos
Sustituye el sol
por caras que me sonríen
y me aterran la
maternidad
Las virutas de
las lágrimas ondean el negro ojo
Nada
Ni el principio
para esta hora eterna
Cuando vuelan los
lagartijos
Y se arrastran
los perros sedientos a mis pies.
Pero…¿qué puedo
hacer yo? Destejida en este espejo…