Los Poetas...

Alejandra Pizarnik...

27 de abril de 2012

I

El lenguaje silencioso engendra fuego. El silencio se propaga, el

silencio es fuego.

Era preciso decir acerca del agua o simplemente apenas nombrarla, de

modo de atraerse la palabra agua para que apague las llamas del silencio.

Porque no cantó, su sombra canta. Donde una vez sus ojos hechizaron

mi infancia, el silencio al rojo rueda como un sol.

En el corazón de la palabra lo alcanzaron; y yo no puedo narrar el

espacio ausente y azul creado por sus ojos.

II


Con una esponja húmeda de lluvia gris borraron el ramo de lilas

dibujado en su cerebro.

El signo de su estar es la enlutada escritura de los mensajes que se

envía. Ella se prueba en su nuevo lenguaje e indaga el peso del muerto
en la balanza de su corazón.

III


Y el signo de su estar crea el corazón de la noche.

Aprisionada: alguna vez se olvidarán las culpas, se emparentarán los
vivos y los muertos.

Aprisionada: no has sabido prever que su final iría a ser la gruta a

donde iban los malos en los cuentos para niños.

Aprisionada: deja que se cante como se pueda y se quiera. Hasta que

en la merecida noche se cierna la brusca desocultada. A exceso de
sufrimiento exceso de noche y de silencio.

IV


Las metáforas de asfixia se despojan del sudario, el poema. El terror

es nombrado con el modelo delante, a fin de no equivocarse.

V


Y yo sola con mis voces, y tú, tanto estás del otro lado que te

confundo conmigo.